En el Noroeste, la vida ha sido configurada por el río Columbia y por todo lo que él ofrece. Desde energía limpia hasta aire limpio, esta icónica vía fluvial brinda siempre sus dones. 

Alimenta el sistema de generación eléctrica más limpio de la nación.

Las presas de la cuenca del río Columbia producen más electricidad que las de ningún otro río de Norteamérica. Proporcionan casi el 60 por ciento de la electricidad del Noroeste y el 90 por ciento de su energía renovable. Sin emisiones ni otros productos de desecho, las presas de la cuenca del río Columbia mantienen puro nuestro aire e invitan a los residentes del Noroeste a explorar al aire libre.

Hace que florezcan los desiertos.

snip of hydropower poster - house

El seis por ciento de la escorrentía de la cuenca del Columbia se usa para irrigar casi 8 millones de acres de tierras de cultivo del Noroeste. Estas tierras, antes áridas, producen cerca de la mitad de las hortalizas del país y el 25 por ciento de sus frutos y nueces, desde las uvas que dieron fama a la variedad Pinot Noir de Oregon hasta las abundantes cosechas que llenan los puestos de fruta al borde de la carretera de Washington.

Es la forma más limpia de transportar carga.

Los productos de calidad provenientes del Noroeste, incluidas toneladas de trigo y otros cereales, se transportan a mercados lejanos en barcazas, en una vía marítima, con lo cual 700,000 camiones y sus emisiones de carbono se mantienen fuera de nuestros caminos cada año.

Alimenta nuestra economía.

El bajo costo de la energía hidroeléctrica confiable y limpia del Noroeste atrae a fabricantes y empresas, impulsando así el desarrollo económico y trayendo empleos a comunidades grandes y pequeñas. El ingreso anual procedente de productos agrícolas alimentados por el Columbia supera los $8,000 millones y la carga transportada cada año por este río está valuada en $20,000 millones.

Por eso vivimos aquí.

Pasar tiempo al aire libre y en contacto con la naturaleza es una parte importante de la vida en el Noroeste. El control de inundaciones nos permite trabajar, vivir y jugar con seguridad en comunidades que, en otras condiciones, estarían amenazadas por las crecidas de las aguas. Además del aire limpio que respiramos, el sistema de presas y embalses ofrece oportunidades recreativas sin límite, desde la pesca del preciado salmón y la trucha arco iris hasta el surf con tabla de vela en la garganta del río. Y con importantes inversiones, los operadores del sistema protegen y mejoran los peces y la vida silvestre en toda la cuenca, lo que reduce los impactos de las presas sobre las plantas, los animales y las tierras que todos compartimos.

El poderoso Columbia sostiene una envidiable calidad de vida. Por eso a esta región la llamamos el Gran Noroeste.